Mi experiencia en Gato Negro Estudio viene de atrás. Si mal no recuerdo lo primero que hicimos Victor y yo fue unos ensayos para hacer unas presentaciones de un álbum que nunca llegué a sacar al mercado porque narraba de forma demasiado explícita el dolor de mi separación tras 12 años de matrimonio y con dos hijos de por medio. Metí el álbum en un cajón y tiré millas.

Al cabo de unos meses nos embarcamos en montar un trío a dos guitarras y cello, también con la finalidad de hacer algunos conciertos. No llegamos a hacer ningún bolo pero lo que sí hicimos fue un disco que espero pronto vea la luz, “Somnus”; una selección de algunas canciones del disco que quedó en el cajón “Bosque vacío” y otras de mi último álbum “Mi habitación”, en total 6 temas.

En medio de todo ese proceso, también grabamos un álbum infantil para un cuento que edité con Alba Editorial; “Mundo y la niña mariposa”.

Aunque Victor era esencialmente un más que solvente guitarrista de rock y me daba cierto pudo irle con canciones más ligeras, siempre me sentí arropada. Ahí me di cuenta de que realmente valía para la producción. Demostró tener un buen dominio técnico grabando, muchos recursos, y adaptarse muy bien a diferentes registros musicales.

Siempre creí que el buen productor no trata de competir con el artista sino que le acompaña y trata de sacar lo mejor de él. Y que conste que en estos años, por diferentes circunstancias, he de decir que he conocido a varios desde al grandísimo Phil Manzanera hasta a Joe Dworniak, o a Jordi Navarro y Gorka Dresbaj de The Room, o los Blind Joes, de Blind Records.

Siempre me sentí cómoda trabajando con Victor. Es resolutivo y minucioso en el trabajo, además de tener un muy buen gusto musical.

Personalmente creo que está en un gran momento, con una energía óptima y que es un buen productor con posibilidades de llegar muy, muy lejos.

Un abrazo

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